Se encuentran desarrollando un dispositivo que le podría venir muy bien a más de una relación que pueda estar pasando por un momento muy difícil, como lo es estar distanciados. Por ello, un grupo de investigadores de la Universidad de Londres han puesto interés en el tema y en busca de un modo de “resolver” el inconveniente, han llegado a la idea de crear un dispositivo, capaz de adaptarse a tu smartphone como si fuese una especie de funda para este. Lo han llamado Kissenger, y es capaz de transmitir una sensación idéntica de los labios de las personas que lo usan, tal como si se estuvieran besándose en verdad.
El diseño del dispositivo cuenta con una zona dedicada para dar besos, la cual trabaja con respecto al movimiento de los labios de la persona que lo toca, considerando 3 aspectos importantes (posición, presión, duración) para hacer la simulación de los labios de la persona. Estos datos son enviados al Kissenger de la persona destinataria.
Los autores de dicho trabajo, quienes han decidido hacerlo formar parte de su doctorado, planean hacer de las relaciones a distancia junto a Kissenger algo más pasaderas. Ir un paso más allá de los emoticones, mensajes de texto y notas de voz, donde se puede considerar a los emoticones como una de las formas más gráficas de mandarle un beso a esta persona especial.
Según Emma Yann Zhang (una de los autores del trabajo), el Kissenger emplea una serie de sensores de alta precisión que están instalados debajo del molde que emula ser unos labios artificiales, de los cuales se dice son capaces de imitar la sensación a la perfección.
Sus creadores comentan que el Kissenger contara con una aplicación que planean lanzar para iPhone, pero esta, actualmente se encuentra en fases de prueba. Zhang, comparte en su blog, que “Kissenger puede ser utilizado por parejas a distancia, familias e incluso como recurso de marketing. Las celebridades o ídolos pop podrían enviar besos a sus fans de todo el mundo”.
Dentro de las pruebas, quieren ver el alcance emocional que este es capaz de provocar en la persona que lo usa, cuantificando la calidad de la experiencia mediante la presión arterial y la frecuencia arterial de la persona. Inclusive, hacer una prueba piloto de besos, para ver si una persona puede diferenciar el beso de una persona a los de la funda, o puede que tal vez ha desarrollado al amante virtual.
